Seguimiento ginecológico-osteopático
No pensamos inmediatamente que la osteopatía pueda intervenir en el campo ginecológico, ¡pero pensemolos dos veces!
De hecho, ante dolores menstruales, dolores durante las relaciones sexuales, problemas de infertilidad, dolores posparto y en muchos otros casos, podemos intervenir y ayudarle con el conocimiento osteopático.
La osteopatía nos permite abordar el cuerpo como un todo integrando nuestro estado emocional que muchas veces juega un papel en la expresión de nuestro malestar y dolor.
Proporciona una respuesta real a muchos trastornos ginecológicos gracias a las técnicas osteopáticas clásicas: tratamiento del entramado óseo (pelvis, lumbar), trabajo craneal para el control hormonal, liberación del diafragma y, sobre todo, la identificación y el tratamiento de las tensiones que obstaculizan el recorrido vascular y nervioso de la esfera ginecológica. Estas técnicas de tejidos, articulaciones, ligamentos y viscerales se basan en datos anatómicos y fisiológicos muy concretos.

Una región poco vascularizada (en este caso la esfera ginecológica) recibirá un menor aporte de nutrientes; por lo que su funcionamiento no será óptimo y por tanto el órgano (útero/ovario) no cumplirá su función o la cumplirá mal. Esta vascularización está asegurada por los tejidos de sostén, o ligamentos. Cuando estas últimas están bajo tensión (motivos mecánicos, cicatriciales, faciales, etc.), el osteópata lo identificará y trabajará sobre la tensión para recuperar una buena "elasticidad", garantizando un mejor aporte nutricional y por tanto un mejor funcionamiento del sistema ginecológico.
Si está experimentando molestias en su zona ginecológica y su ginecólogo no se ha aportado una solución a sus problemas, acude a un osteópata y analicemos juntos las posibles soluciones.
Este artículo fue escrito por Diane Pélegrin-Bomel.