Mujeres embarazadas
A veces las mujeres descubren la osteopatía durante el embarazo.
Muchos de ellos pasan por la puerta de la consulta del osteópata en ese momento porque tomar medicamentos fuertes está totalmente desaconsejado o incluso prohibido.
El embarazo provoca muchos cambios en el cuerpo. El aumento de peso, los cambios bruscos de postura, los cambios hormonales y fisiológicos, como el flujo de sangre y el consiguiente cambio de presión, traerán automáticamente su cuota de alegría:
- Dolor de ligamentos en el abdomen inferior
- Dolor lumbar que se irradia a la zona lumbar
- Ciática en mujeres embarazadas, el nervio ciático queda atrapado y el dolor es agudo, paralizante, se irradia desde la parte superior del glúteo hasta la pierna
- Insomnio asociado a dolor, mala postura, dificultad para respirar, bloqueo en el diafragma, ansiedad, etc.
- Problemas circulatorios: el volumen de sangre aumenta, al igual que la presión arterial, lo que puede provocar, entre otras cosas, dolor en las piernas, retención de líquidos y, por tanto, hinchazón
- El reflujo puede ocurrir y ser muy desagradable
El tratamiento osteopático del dolor o molestias relacionadas con el embarazo da muy buenos resultados.

Durante la consulta, el osteópata actúa siempre sin coacción ni presión sobre el bebé; Por el contrario, el objetivo es muy a menudo darle un poco más de espacio y libertad devolviendo movilidad a las estructuras vecinas: pelvis ósea, sistema digestivo, diafragma, tórax (costillas inferiores).
Es importante recordar que estar embarazada no es una patología. Durante este período intervenimos para proporcionarle comodidad a usted y a su bebé y para permitirle crear todas las condiciones favorables para el mejor embarazo posible.
Para un buen seguimiento te recomiendo que realices al menos 3 sesiones de osteopatía durante este periodo, una cada tres meses y si es necesario con mayor frecuencia en función de tus molestias.
Este artículo fue escrito por Diane Pélegrin-Bomel.